Dislexia sin Complejos

jueves, julio 21, 2011

Las ansiadas vacaciones

Los meses de julio y, sobre todo, agosto, son meses típicos de vscaciones. En la playa o en la montaña, en la piscina o en el camping, nuestros náufragos del aprendizaje disfrutan de un mundo casi olvidado de las letras. Decimos casi porque muchos tendrán que dedicar la hora de la siesta o la de hacer la digestión, a repasar y estudiar las materias que en septiembre habrá que recuperar.
Las vacaciones son necesarias para todos nosotros: romper rutinas, cambiar de aires, hacer cosas que habitualmente no se pueden hacer...; en definitiva, recargar las pilas para un nuevo curso en el que la mayoría de las Administraciones Públicas tienen también una tarea pendiente, desarrollar medidas para evitar que las Dificultades de Aprendizaje desemboquen en el grave fracaso escolar. Aunque nosotros no estamos de vacaciones, hemos decidido tomárnoslas en este blog, una temporadita, porque somos conscientes que, para la mayoría de vosotros, ahora es necesario desconectar de la dislexia y de todo lo que tenga que ver con esta. ¡Ya llegará septiembre!
Además, estamos trabajando en un proyecto que, aunque muy en el aire todavía, nos ocupa mucho tiempo. Por el momento no podemos (ni debemos) contaros nada, pero todo llegará. Mientras tanto: ¡que disfrutéis de las ansiadas (y merecidas) vacaciones!

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jueves, julio 07, 2011

Rabiosa actualidad

Excepto por el número de post y el tiempo de existencia, una entrada que publicábamos en julio de 2009 sigue teniendo eso que denominamos rabiosa actualidad. A modo de un remake, en términos cinéfilos, volvemos a publicar aquella entrada que, como podréis comprobar nos hace sentir que para la dislexia, en determinados aspectos, no pasan los años.

(publicado en este blog el 2 de julio de 2009)

La puta dislexia

Cada vez nos resulta más complicado escribir sobre la dislexia. Después de 333 post (y alguno más) en este y otros blogs, hemos mostrado la dislexia desde diferentes ángulos y perspectivas, incluso hasta hemos originado polémica en alguna ocasión. Llevamos hablando de dislexia más de tres años y medio, y no sólo nosotros, repitiendo una y otra vez que la dislexia no es una enfermedad, no es un trastorno ni una discapacidad en sí misma. Seguimos sin tener muy claro lo que es, pero, al menos, sí sabemos lo que no es. No obstante, seguimos encontrando, de forma insistente, recursos en internet que hacen referencia a lo que no es: enfermedad, trastorno u otras cosas. Empezamos a sentirnos agotados y un tanto decepcionados. Si no conseguimos transmitir el mensaje de que la dislexia no es una enfermedad, ¿por qué habríamos de ser capaces de convencer al profesorado de la existencia real de la dislexia y de la desventaja cultural que representa? Hace ya algún tiempo reflexionábamos acerca de que la dislexia no vende, al menos en los términos que muchos proponemos. Otra cosa distinta es el marketing existente en torno a la dislexia, pero, como hemos dicho en varias ocasiones, no vamos a entrar en ello. Lejos de cambiar nuestro forma de pensar, sólo nos interesa la dislexia por sí misma, por lo que significa para nuestros hijos, para nosotros mismos, seamos o no disléxicos; en la mayoría de los casos, una putada. Pero una putada no por la dislexia en sí, si no por el sistema de enseñanza al que se ven sometidos y los estigmatiza para el resto de su vida. Lejos de serlo, el sistema nos obliga a hablar de la puta dislexia.



Bueno, al margen de la puta dislexia, hoy es San Fermín y ayer empezaron las famosas fiestas pamplonicas. Durante todo el verano, los pueblos de toda la geografía española irán celebrando sus respectivas fiestas patronales para, entre otras cosas, aparcar la dislexia. Como reza el cartel de las fiestas de San Fermín de este año: sumérgete en la fiesta.



¡Feliz verano a todos y a todas!

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