Dislexia sin Complejos

jueves, abril 29, 2010

Como pez en el agua

Así es como nos sentimos la mayoría de las veces los jueves cuando publicamos la correspondiente entrada, como pez en el agua. Y de hecho, hoy, vamos a hablaros de una película que lleva ese mismo título, Como pez en el agua (Shooting fish, Stefan Schwartz, 1997).



Esta divertida comedia fue considerada la mejor película británica del año de su estreno. Básicamente, el argumento es el siguiente:
Dylan y Jez son dos jóvenes que se ganan la vida practicando toda clase de timos aprovechando sus respectivas habilidades: Dylan es un perfecto charlatán, mientras que Jez es un mago de la técnica capaz de ingeniar todo tipo de artilugios. Su gran objetivo es reunir dos millones de libras con el que comprarse una lujosa mansión. Para ello cuentan con la ayuda de la ingenua Georgie, una chica que se les ha unido sin conocer los auténticos motivos de sus enredos.



Se trata de una divertida comedia sin grandes aspiraciones pero muy entretenida. Lo de menos es la dislexia de Dylan. Podríamos decir que, en esta película, la dislexia resulta anodina. Pero, en fin, no siempre vamos a tratar la dislexia en el cine desde el dramatismo de La ceremonia o Mean Creek. En este último trimestre del curso, el más duro, un poco de divertimento no nos viene nada mal.



Dan Futterman (Dylan), Stuart Townsend (Jez) y Kate Beckinsale (Georgie) protagonizan esta cinta. Kate Beckinsale ganó el premio a la mejor interpretación femenina en el Festival Internacional de Sitges (1997) con esta película y Stefan Schwartz el de mejor director.



Insistimos, se trata de una divertida comedia sin grandes aspiraciones para pasar un buen rato, algo que nos viene como pez en el agua a estas alturas de curso académico.

De paso, si alguno os animáis a leer (en inglés, ya que no está traducido al castellano), os recomendamos Charlie de Vassiliki Plomaritou.



Quizás Anita Pestaña, Presidenta de Dislecan, se anime a traducirlo. Después de todo ella ha sido la que ha traducido al español los diálogos del corto bAd cuyos subtítulos estamos procediendo a insertar en el DVD de la película.

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jueves, abril 22, 2010

Música y dislexia

Mañana día 23 se celebra el Día Internacional del Libro, pero nosotros vamos a hablar de música, música y dislexia. Como en nuestra entrada anterior hicimos ya referencia al Día del Libro y todo el mundo hablará de ello, nosotros hemos querido cambiar un poco el registro. Además, hoy es jueves y tenemos que hablar también de cine, ya sabéis los jueves dislexia. Quizás deberíamos haber titulado este post Música, Cine y Dislexia.
Nos ha llamado la atención que, con algo más de un mes de diferencia, dos artículos científicos con resultados contradictorios, se hayan divulgado y no haya habido comentarios al respecto. Al menos en el ciberespacio castellanoparlante. En el pasado mes de febrero, Nina Kraus, de la Northwestern University, con motivo del meeting anual de la American Association for the Advancement of Science, presentaba su trabajo Cognitive-Sensory Interaction in the Neural Encoding of Music and Speech. Según Kraus, la experiencia musical puede mejorar los procesos auditivos que son muy a menudo deficientes en la población con dislexia del desarrollo y el autismo.



Hace unas semanas, José Morais y colaboradores de la Free University of Brussels, publicaban el artículo Music and dyslexia en la revista International Journal of Arts and Technology (IJART). Lengua y la música son aparentemente rasgos exclusivamente humanos y muchos investigadores han tratado de encontrar vínculos directos entre los dos. Partiendo de una presunta asociación ente el aprendizaje de la música con la intervención en las dificultades del lenguaje se ha desarrollado toda una oferta terapéutica. Dada la importancia social de la alfabetización, el papel de la música para ayudar a los pobres lectores o disléxicos a superar sus dificultades, han estado a la vanguardia de la terapia durante muchos años. Según Morais este concepto se basa en estudios que por lo general son deficientes en dos aspectos: las deficiencias metodológicas empleadas; y el planteamiento de causalidad explícita entre la amusia y la dislexia.
Como no hemos tenido acceso a ninguno de los dos trabajos citados, no tenemos elementos de juicio suficientes (y necesarios) como para entrar de lleno en el tema. Sólo mencionar que la controversia está servida y que se necesitarán nuevos estudios, serios y rigurosos, para poner luz en este tema.

Partiendo de nuestra afición a las hormigas, hemos querido ilustrar el tema con la deliciosa imagen de unas hormigas sobre un pentagrama del artista italiano Fabio Vettori.

Independientemente de si la musicoterapia es o no útil para la intervención en la dislexia, lo que sí se puede asegurar es que la música es un camino que siguen muchas personas con dislexia. Y ahora toca hablar de cine. Dan Evans acaba de terminar su película Musik que trata de una chica con dislexia, Krissy, que lucha en el cotidiano mundo de la escuela frente a la típica etiqueta de ser una estúpida. Tras interesarse por el saxofón, Krissy está decidida a demostrar al mundo que el ser disléxico no significa que se sea estúpido.



La película es más que probable, como casi siempre, que no se estrene en España, pero haremos por conseguirla para nuestra filmoteca de cine y dislexia. Por el momento, podéis ver el tráiler de este film en youtube.

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jueves, abril 15, 2010

La razón de la sinrazón

La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura. Con este requiebro atribuido a Feliciano de Silva por Miguel de Cervantes en el primer capítulo de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, queremos hacer nuestro pequeño homenaje al Día del Libro que se celebrará el próximo día 23 de abril.



Ese día se conmemora la muerte el mismo año (1616) de los escritores William Shakespeare y Miguel de Cervantes, aunque lo cierto es que ninguno de los dos murió el 23 de abril. Ese día se entrega el Premio Cervantes, el máximo galardón literario de la lengua castellana, en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares; en esta ocasión será para el poeta y narrador mexicano José Emilio Pacheco.



Pero nos estamos desviando del tema. Aunque dislexia y libros no suelen formar una buena pareja, no quiere ello decir que no puedan ni deban convivir. Enseñar a amar a los libros a una persona con dislexia es tarea poco fácil para los maestros, pero no imposible. El problema suele ser que, antes de nada, a las personas con dislexia se les enseña a odiar las letras; y un libro es lo que contiene, letras y más letras que se unen formando misteriosas claves (palabras) que van descifrando un enigma, el hilo argumental del libro. No deja de ser una sinrazón para los niñ@s con dislexia.

Estamos leyendo un libro de la escritora inglesa Ruth Rendell, La mujer de piedra (A Judgement in Stone, 1977), que comienza así:

Eunice Parchman asesinó a la familia Coverdale. Lo hizo porque no sabía leer ni escribir.

Volveremos sobre el libro más adelante por haber inspirado dos películas: A Judgment in Stone (Ousama Rawi, 1986) también conocida como The Housekeeper (no estrenada en España) y La Ceremonia (Claude Chabrol, 1995). Aunque el tema central es el analfabetismo y no la dislexia en sí misma, la escritora Ruth Rendell argumenta a través del personaje de Eunice Parchman toda una serie de razones para la sinrazón de su violento acto.

No hubo motivo ni premeditación reales; no buscaba dinero ni seguridad. De resultas de su crimen, la minusvalía intelectual de Eunice Parchman fue conocida no sólo por una simple familia o un grupo de aldeanos sino por todo el país. Con su acto, no obtuvo más que el desastre para ella y, desde el principio, en el fondo de su extraña mente, supo que nada obtendría. Sin embargo, aunque su compañera y cómplice estaba loca, Eunice no lo estaba, pues poseía la terrible cordura práctica del atávico primate disfrazado de mujer del siglo xx.
La capacidad de leer y escribir es una de las piedras angulares de la civilización. Ser analfabeto es ser deforme. Y las burlas de que en tiempos fueron blanco los lisiados físicos las sufren en la actualidad, quizá con mayor justicia, los analfabetos. Si uno de ellos logra llevar una vida discreta entre los incultos, puede que nada ocurra, pues en el país de los cegatos, al ciego no se le rechaza. Para Eunice Parchman y sus víctimas fue una tragedia que las personas que la contrataron, y en cuya casa vivió durante nueve meses, fueran peculiarmente cultas. De haberse tratado de una familia más prosaica, probablemente sus miembros seguirían hoy con vida, y Eunice continuaría disfrutando de su oscura y misteriosa libertad formada por sensaciones, instintos y total ausencia de letra impresa.


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jueves, abril 08, 2010

El patito feo

Nos gustaría poder adelantaros una noticia producida ayer mismo, pero debemos ser elegantes y dejar que sean los propios protagonistas quienes os la cuenten. Transcurrido el paréntesis de la Semana Santa, nuestros pequeños náufragos del aprendizaje como les hemos calificado en alguna ocasión, vuelven a enfrentarse a la dura tarea del aprendizaje convencional, ese mismo que, por ser convencional, les amarga la existencia día a día. Este tercer trimestre va a ser el más duro y el más estresante del curso.

Queremos hablaros hoy de uno de los cuentos clásicos más famosos del escritor danés Hans Christian Andersen, El patito feo, adaptado en innumerables ocasiones para el cine. Una de esas versiones (The Ugly Duckling, Jack Cutting 1939) de la factoría Disney, obtuvo el Óscar al mejor cortometraje de animación en el año 1940.







La historia no os la vamos a repetir aquí de tan conocida que es. El cortometraje al que hemos hecho referencia podéis verlo en YouTube. Siempre hemos encontrado en la historia del patito feo una referencia al ser y sentirse diferente con respecto a los demás y la exclusión que ello puede conllevar. Hace tiempo emprendimos una presentación acerca de las consecuencias de la dislexia en la que partíamos de la historia del patito feo. Y es que un niñ@ con dislexia es como un patito feo, rechazado por ser diferente, por tener que aprender de otra manera. El cuento termina bien, con una moraleja interesante: Poco importa que se nazca en el corral de los patos, siempre que uno salga de un huevo de cisne; pero la realidad, con respecto a la dislexia, puede ser otra muy distinta. El patito feo acaba encontrándose con sus iguales, pero ¿y si diera con, por ejemplo, unas malvadas urracas u otras compañías poco recomendables como el Pinocho de Carlo Collodi? En la vida real, el daño a la autoestima de las personas con dislexia puede llegar a ser tal que les induzca a seguir caminos poco recomendables. Por eso es importante trabajar la autoestima de estos niños y niñas, para que puedan decir como el protagonista, al final del cuento:
"Rizó entonces sus alas, alzó el esbelto cuello y se alegró desde lo hondo de su corazón. Jamás soñé que podría haber tanta felicidad, allá en los tiempos en que era sólo un patito feo".

Hans Christian Andersen es un escritor que figura en las listas de disléxicos famosos que tanto abundan por Internet. Como hicimos referencia en su momento (ver entrada) Kihl, Gregersen y Sterum, tras estudiar los manuscritos del escritor danés desde los 20 a los 70 años, no encontraron evidencias de la posible dislexia del autor (Hans Christian Andersen's Spelling and Syntax, in Journal of Learning Disabilities, 2000; 33: 506-519).

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