Dislexia sin Complejos

jueves, enero 29, 2009

¿Mito o realidad?

En relación a las sorprendentes declaraciones del parlamentario del Reino Unido Graham Stringer en su artículo publicado en Manchester Confidential y cuya noticia recoge Noticias-Dislexia y ha sido excelentemente comentada por Dislecan-Noticias, vuelve a ponerse de actualidad el consabido debate acerca de la existencia de la dislexia: ¿mito o realidad?
No es nuevo; ya en 2005, la publicación en el suplemento de Times Educational de un artículo de Julian Elliot, psicólogo educativo en la Universidad de Durham, cuestionaba la validez científica del término dislexia. Es precisamente el que haya tantas definiciones diferentes de dislexia (hasta 28) lo que complica la cuestión. Puede darse el caso de que una persona sea identificada como disléxico según una definición y no lo sea aplicando otra de las definiciones.
No obtante, a estas alturas es realmente complicado, desde un punto de vista científico, cuestionar la existencia de la dislexia cuando sabemos tanto acerca de su neuroanatomía y de su genética, aunque no es menos cierto que falta todavía mucho camino por recorrer para descubrir y entender esta entidad. Solo en el año 2008 aparecen recogidos 220 artículos sobre dislexia en la mayor base de datos del mundo sobre publicaciones científicas: PubMed de la U.S. National Library of Medicine. ¿Si fuera un mito, habría tanta gente investigando en dislexia?
Entonces, ¿por qué se sigue cuestionando? En nuestra opinión, lo que se traduce del artículo de Stringer es una crítica a la ligereza con la que se diagnostica la dislexia. Como hemos dicho en alguna ocasión, ni todo el que se mueve mucho es hiperactivo, ni todo el que lee con alguna dificultad es disléxico. De acuerdo que un disléxico no es vago, pero hay que reconocer que hay vagos (que sin duda los hay) para los que un diagnóstico de dislexia les aporta la necesaria justificación para excusar su vagancia.
En este mismo Blog hemos hablado de las pseudodislexias y del riesgo que corremos de que la dislexia se convierta en un cajón de sastre donde metamos todo: vagos, niños desatendidos en el seno de sus familias y, quizás, algún disléxico. Y está pasando, de ahí que algunos hablen de que si la dislexia se da en el 15% de la población cuando los estudios más serios la cifran en torno al 5% (Lagae, Learning disabilities: definitions, epidemiology, diagnosis, and intervention strategies en Pediatr Clin North Am. 2008 Dec;55(6):1259-68).
La dislexia es una realidad lamentablemente adornada por la existencia de muchos mitos en torno a ella. Hemos leído que la dislexia es un don. Si es así, ¿por qué tantos padres y madres llaman a las puertas de las asociaciones de dislexia con tanta angustia y desesperación? Se dice que un disléxico es diferente. No lo creemos. Para empezar, cada uno de nosotros, sea disléxico o normolector, adisléxico (¡cómo nos gusta este término acuñado por Manuel), alto o bajo, gordo o flaco, blanco o negro, rubio o moreno, somos diferentes y únicos. No cabe duda que al disléxico le hacemos más diferente a base de machacarle insistiendo en todo aquello en lo que tiene una auténtica dificultad, la lectura. En lugar de propiciar la inclusión, se procura la exclusión.
Y sobre la cura de la dislexia por la Cienciología según Tom Cruise, sencillamente, no vamos a hacer ningún comentario para no alargar más esta entrada.

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jueves, enero 22, 2009

El silencio de los corderos

Aunque el título de este post nos recuerde el de la extraordinaria película El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991), ganadora de cinco Oscar, hoy no vamos tratar de cine, entre otras cosas porque esta película no tiene nada que ver con la dislexia, excepto el título. Indirectamente, Tochi (a quien le debemos una entrada anterior), de la asociación valenciana AVADIS, nos ha sugerido el título de este post a propósito de un comentario en el Foro de AVADIS. Su reflexión acerca del asociacionismo llevamos haciéndonosla nosotros desde hace casi cuatro años. Una cosa está clara: nadie va a venir a llamar a nuestra puerta para solucionarnos un problema. Tampoco podemos esperar soluciones mágicas. Muchas personas con dislexia y sus familias, sufren las consecuencias de esta dificultad, es como ese silencio de los corderos cuando son conducidos al matadero. Quizás sea este el momento de convertir ese silencio en un Grito de guerra, como el título del extraordinario Blog de Manuel (Mi dislexia y yo).
¿Cuál es la finalidad de una asociación? Si la finalidad se supone que es aunar esfuerzos para conseguir presionar a las administraciones públicas para que se impliquen y acaben destinando recursos para solventar problemas, ¿por qué entonces la gente que vive este problema no se asocia? En España es muy probable que carezcamos de esa cultura asociacionista más propia de otros países europeos, quizás por individualismo, desconfianza, etc… No se trata de pagar una cuota y pensar que con ello se contribuye a los fines de la Asociación. Las cuotas son algo simbólico, insuficientes en la mayoría de los casos, que representan un compromiso del socio para con la asociación; pero lo más importante de una asociación no es la autofinanciación a partir de esas cuotas o de la masa social con la que cuenta. Aunque importante, no es lo que más. Las administraciones públicas destinan ayudas y subvenciones a las asociaciones en función del número de asociados; es pragmatismo: a mayor número de socios mayor probabilidad de optar a una ayuda; al fin y al cabo, son posibles votantes. Para una asociación lo verdaderamente importante es el número de personas implicadas en el necesario trabajo diario (e ingrato) por sacar adelante los proyectos para el cumplimiento de sus objetivos. Al fin y al cabo, es por altruismo por lo que se trabaja en el seno de una asociación, ¿o pensáis que una entidad sin ánimo de lucro, con presupuestos mínimos, escasos e insuficientes, permite el enriquecimiento económico personal de alguno que otro? Obviamente no.
El silencio de los corderos, y su transformación en un Grito de guerra está en las manos de todos vosotros.

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jueves, enero 15, 2009

La dislexia no optará al Oscar

Finalmente, la película hindú Taare Zameen Par candidata por su país al Oscar de Hollywood en la categoría de mejor película en habla no inglesa, y de la que llevamos hablando desde hace ahora un año, no ha sido preseleccionada entre las 9 películas que han pasado el primer corte de entre las 65 que optaban a este galardón. Claro que tampoco están la española Los girasoles ciegos ni la italiana Gomorra, Gran Premio del jurado en el festival de Cannes del año pasado y una de las principales favoritas por los entendidos en el mundillo del cine. Es cierto que la película Taare Zameen Par no entraba en las quinielas en este primer proceso de selección, lo que hubiera sido una publicidad importante para la dislexia y que aumentasen sus posibilidades de distribución en España.



El próximo 22 de enero se anunciarán las cinco finalistas que optarán al galardón del Oscar a la mejor película en habla no inglesa entre las 9 candidatas: la israelí Wals con Bashir, reciente Globo de Oro y una de las principales favoritas junto a la francesa La clase, Palma de Oro a la mejor película del último festival de Cannes; la austríaca Revanche; la canadiense The Necessities of Life; la alemana The Baader Meinhof Complex; la japonesa Okuribito; la mexicana Arráncame la vida; la sueca Everlasting Moments; y la turca Tres monos.
La dislexia tendrá que esperar para obtener un Oscar. Descartada Taare Zameen Par, nuestra apuesta es la película francesa La clase (Entre les murs), que trata el tema de la enseñanza y el aprendizaje.
Esta vez, no hubo milagro en jueves.

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jueves, enero 08, 2009

Vuelta a la rutina

Tras el paréntesis navideño, los turrones y mazapanes, el cava, los regalos de Navidad y la magia de la Noche de Reyes, llega el momento de volver a lo cotidiano. Hoy vuelven al colegio y al instituto miles y miles de niñ@s por toda la geografía con sus mochilas cargadas de libros y de los deberes vacacionales que, en muchos casos, no habrán tenido tiempo suficiente para terminarlos. Poco a poco iremos volviendo todos a la rutina diaria: el trabajo, el estudio, los deberes, las actividades extraescolares... y, ¡cómo no! volverá la dislexia que hemos tenido aparcada durante estas Navidades, la angustia de enfrentarse al libro y a la palabra escrita, el agobio de no haber terminado la tarea, el miedo de no saberse la lección.
Bueno, antes de que nos demos cuenta, el verano y las próximas vacaciones, que aún no vemos en el horizonte del tiempo, nos alcanzarán como un nuevo islote al que aferrarse para estos náufragos del aprendizaje. Mientras tanto toca volver a la rutina; también para nosotros, ya sabéis, los jueves dislexia.

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sábado, enero 03, 2009

Carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:

Como este año de 2008 hemos sido buenos, nos hemos portado bien, hemos hecho los deberes y nos hemos aplicado en nuestras tareas, queremos que nos traigáis todo lo que os pedimos: paz y felicidad para todo el mundo.
Además, queremos el Scalextric que llevamos pidiendo algún tiempo, así como la Nintendo DS. Bueno también nos podéis traer algún libro que, aunque nos haga menos ilusión, también será bien recibido. Pero lo más importante que os queremos pedir es:
-Que el profesor de Pedro le permita no tener que copiar los enunciados de los problemas en el cuaderno de los deberes del colegio, porque eso le lleva demasiado tiempo y se lo resta al tiempo de juego.
-Que la maestra de Rebeca le lea los enunciados de las preguntas en los exámenes, así tendrá la seguridad de que ella entiende la pregunta.
-Que el profesor de Isabel le dé un poco más de tiempo para completar los exámenes porque siempre le pilla el toro y no consigue terminarlos.
-Que a Javier se le permita hacer los exámenes orales, porque entre leer las preguntas y redactar las respuestas, el pobre no consigue casi nunca demostrar todo lo que sabe.
-Que desaparezcan las innumerables correcciones en rojo del cuaderno de Alicia.

No son peticiones pretenciosas y, a cambio, tanto Pedro, como Rebeca, como Isabel, como Javier, como Alicia, o como cualquier otro niñ@ con dislexia, se sentirán mucho mejor viendo que sus esfuerzos son recompensados en una medida más justa acorde a sus necesidades. Estarán más contentos y tendrán más tiempo para jugar con el Scalextric o la Nintendo DS que NO DEBÉIS OLVIDAROS DE TRAERNOS.

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