Dislexia sin Complejos

lunes, enero 28, 2008

TDAH, dislexia y discalculia

Tanta información en el II Congreso Nacional de TDAH que se ha desarrollado en Madrid durante este fin de semana hace que resulte muy difícil sintetizarla y condensarla. El tratamiento farmacológico del TDAH, el papel de las funciones ejecutivas, las conductas desafiantes, la motivación para el aprendizaje, las relaciones funcionales entre la familia y la escuela, y un largo etcétera. Como este Blog es, fundamentalmente, de dislexia, nos centraremos en la intervención del psicólogo Rubén Scandar, Presidente de la Fundación de Neuropsicología Clínica de Buenos Aires.
De igual forma que no todo el que se mueve mucho es un TDAH, podría decirse que no todo el que lee con dificultad es disléxico. No debe confundirse una pobre ejercitación de la lectura con la dislexia, un trastorno específico. Dicho esto, repasó las diferentes cifras que se manejan para hablar de la incidencia y prevalencia de la dislexia.
Hace unos días, leíamos en un periódico mexicano, El Porvenir, que entre 10 y 15 % de la población escolar tiene problemas de dislexia, y más adelante, el autor decía: según las estadísticas ya citadas, se puede esperar que en una aula de 25 alumnos haya al menos un niño con esta dificultad para el aprendizaje. A mí, al menos, no me salen las cuentas. Para evitar los decimales, pongamos un aula de 20 alumnos, el 15% sería 3 por aula, ¡una barbaridad!
Ninguno de los trabajos en los que se ha investigado la prevalencia de la dislexia en la población general maneja cifras tan elevadas; ni siquiera los estudios realizados en países donde la lengua no es transparente (a diferencia del español) arrojan cifras próximas al 10%. Lo que sí está bien establecido es la comorbilidad entre dislexia, discalculia o Dificultades de Aprendizaje, en general, y TDAH, alrededor del 25%, es decir, uno de cada cuatro TDAH. El caracter hereditario poligénico del TDAH y de la dislexia apunta a determinados genes comúnes implicados en ambos trastornos. En el caso de la discalculia hoy por hoy no existen evidencias genéticas comunes.
Rubén Scandar terminó su intervención recomendando:
-Si se diagnostica dislexia, evaluar discalculia y TDAH.
-Si se diagnostica discalculia, evaluar dislexia y TDAH.
-Si se diagnostica TDAH, evaluar dislexia y discalculia.
-Si se diagnostica TDAH, dislexia y discalculia, iniciar tratamientos combinados... ¡y que Dios nos coja confesados!

Una excelente crónica del II Congreso Nacional de TDAH la hemos encontrado en este enlace.

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